Pobre lirio censurado
en tus colores se quemó la vida,
por tus hojas se murió el sentido.
Y ahora lloras porque perdiste de
vista la libertad.
En tus rezagos solo quedaron
arrepentimientos,
en tus dolores se ausentó un amigo,
en las ausencias no existió un te
extraño,
Y ahora te consumes en medio de esta
mesa,
carcomida por la razón y el humo de un
viejo cigarrillo.
Te faltó entender que el amor no es
más
que el brillo del sol, el trino de las aves, los
pies húmedos del rocío,
que un orgasmo estaba en un flan, en la
mañana lluviosa,
en la justicia… en la sonrisa de un
niño.
Y ahora no hay vuelta atrás, mueres en
soledad extraño lirio.