sábado, 28 de diciembre de 2013

Desfases

Me dejé caer, sin restricciones ni temores,
sin tristezas aferradas al paso,
sin cerrojos en las manos, ni acertijos.
La sombra se dejó llevar…
Sin guardianes ni luces en cápsulas,
sin cinturas o espaldas de reemplazo.
La columna vertebral  se deslizó en cuerpo ajeno,
se ensució de vino y se embriagó en una habitación en la que ya no había fiesta.
Y el alma olvidó escribir en medio de la confusión, en medio de las sonrisas de paso,
y el omoplato olvidó que también de allí nacen alas,
y la vida olvidó que cuando se sueña, los ojos siempre te obligan a despertar y seguir…
Y frente a tantos movimientos incorrectos pienso:
¿Por qué hay aves que se ven obligadas a vivir en tanta inmundicia, por qué cambian la grandeza de la naturaleza por calles llenas de excrementos y miseria?
Entonces, me pregunto si desde el cielo alguien nos observará y se preguntará lo mismo.