jueves, 26 de febrero de 2015

Estas malditas mañanas de vino

Abrir los ojos y sentir el sabor del metal,
sentarse en la orilla de la cama
y extrañar el suelo,
caminar por una cuerda astillada.

Abrir los ojos y sentir el peso de 10.000 ígneas,
tras el paso de un devastador accidente,
de casualidades insensatas y causalidades inventadas.

Abrir los ojos y sentir que estas mentiras
que inventé para salir con vida de este naufragio
no las creo en las mañanas,
cuando despierto y abro los ojos
y siento que mi carne es más densa
que esta maldita forma de odiarte,
y que a pesar de haber creado un final paralelo,
sigues en cada salida del sol, como una maldita mancha de vino.

lunes, 23 de febrero de 2015

Regálame amigo una sola noche de mar

Has escuchado alguna vez el aire que juguetea entre tu piel?
Acaso has sentido que tus piernas se arquean como un puente de papel?

Rechinan los dientes y el concreto se hace arena, a espera que llegue pronto la espuma del mar.
Sobran las palabras, escasean los momentos.
Y aquí siguen los tobillos soñando con tu clavícula,
pero tú no lo ves, porque nos perdimos en las formalidades de la vida,
en una amistad tan falsa como el tiempo,
en un secreto que mi cuerpo esconde en mitad de mi obligo,
y tú no logras descubrir tras esta máscara de pulcritud.

Me ves como una silueta más,
pero también soy parafina y agua.

La tierra ya dio su primer giro y algo más,
y mis piernas están cansadas de ocultar
este sentimiento que me invade y me niego a revelar.

No anhelo tu omnipresencia,
tan solo quiero, por un momento, perderme contigo en el agua del mar,
despertar en la mañana y continuar con nuestra formalidad.

viernes, 20 de febrero de 2015

Retorno policromático

Espero no haber olvidado empacar nada,
disculpa, las camisas que tanto te gustaban seguramente tendrán arrugas,
y no serán causadas por el abrazo de un día agotador.
Tal vez en el fondo de algún cajón se encuentra perdida una media solitaria
que no logró unirse al viaje.
Trasladar unos 450 días en dos maletas, es casi como jugar jenga en un nevado.

Las partidas son difíciles, los finales siempre duelen.
Pero, cuando el adiós viene como un párpado sin ojo,
¿Cómo rescatar lo imperdonable?
¿Cómo emprender una búsqueda de pupilas en una montaña de apéndices?
Fuiste ese erizo que destella en los acuarios, pero en contacto con el mar pierde su luz.
Jamás lograste comprender mis palabras,
o esta tenue tonalidad que trata de escapar de mí cada mañana…
Tal vez porque tu rigidez solo te permitía ver a blanco y negro.
Eres una escala en gris, y lo digo sin resentimientos,
porque aprendí que de los rencores se muere el mundo.

Alma bicolor, lograste penetrar mi piel, llegar al vacío que yace aquí dentro,
pero, los blancos y negros no despiertan mi apetito de devorar el mundo.
Tal vez por eso, estos casi 450 días a tu lado no fueron más que un sueño,
del que no tuve más remedio que despertar, luego de tu abandono.
Y aquí estoy, un poco nostálgica, un tanto extraviada,
Pero a fin de cuentas, ahora, todo retomó su color.

"Tengo una soledad 
tan concurrida 
que puedo organizarla 
como una procesión 
por colores 
tamaños 
y promesas 
por época 
por tacto 
y por sabor".

martes, 10 de febrero de 2015

Perdón

Gritó…

Se desnudó y gritó,
lloró y gritó,
amó y gritó.

Sintió que su pecho se desgarraba como acantilados en deceso… y gritó.
Sus manos parecían ajenas a sus ojos… y gritó.
Sus pies, parecían estar en su sitio, pero tan solo retrocedían en su camino, así que gritó.

En medio de sollozos y un bosque de hierba verde y gris, ella dejó su armadura, pesada, oxidada y carcelaria, sintió frío y vergüenza, estaba sola y desahuciada, sabía que nada volvería a ser como antes, así que alzó su rostro al cielo, gritó en medio de la lluvia y limpió cada unión de su cuerpo, que destiló de su alma y se convirtió en río, ahora su rencor, tristeza y frustración purificaban las plantas.