jueves, 9 de abril de 2020

6 sentidos y un conteo

Cuarenta y tres ventanas, dos gatos
cuatro camisas extendidas y seis letreros de ‘se arrienda’
doce balcones y nueve escobas allí
quince palomas vuelan
sobre dos solitarios habitantes de calles vacías y rutinas ingratas.
[…Bendita la cadena de cerros
que me saludan en mi balcón
a veces les agradezco mi cordura…]
las aceras libres de basura
el aire continúa gris
al cerrar los ojos se escuchan notas diferentes
nuevas canciones rondan Bogotá
los gritos, los pasos, la gente, las bocinas se rebobinan
sus carretes reposan en las cocinas de la gente
y nuevas cintas les reemplazan
casi puede escucharse el recorrido de vientos
y la canción de los domingos resuena sin detenerse.
Puede olerse la ansiedad, aire liviano cargado de sentimentalismos
con tonos a pino y desinfectantes.
Se saborea el frío y la serenidad
como beber un batido de vainilla con bastante hielo
algo empalagoso, pero ayuda con tanta sed.
Los sentidos desconocen la historia
al igual que el interior,
mientras cincuenta y dos rostros
se turnan para salir por las cuarenta y tres ventanas
y reiniciar con el conteo.