jueves, 19 de mayo de 2016

La silla coja del bar

Este punto ya no es suspensivo
este camino no es circular
la lágrima de hoy vapor será
y una gota de vinagre humedecerá este ramalazo.

¿Qué puedo decir?
las palabras se ahogaron
en este mar de señales ausentes
en este río de vacías alegorías.

Unas cortas composiciones silábicas
podrían salir de aquí
de esta boca que se siente prestada
y tal vez, con irritante incoherencia diría
el porqué de esta silenciosa despedida.

Este lugar es cálido
huele a menta y almizcle
como quien se confunde
entre la comodidad y el hastío.

Mientras tanto, en la búsqueda fallida
de unas notas que suenen
a tristeza y ceniza
solo puedo levantarme y decir:
- Gracias.
        No podría permitirme enamorarme
        de la canción que más me entristece en este bar.


Ilustración de Aykut Aydoğdue

martes, 10 de mayo de 2016

Devenir de las discontinuidades

A veces soy pájaro, otras veces jaula
a veces soy corpiño, otras veces soy hacha
algunas otras soy pelusa, otras soy guitarra
en ocasiones bailo, en otras, pesco ocasos.

Y así me paso la vida
jugando al devenir de las oportunidades inversas
a la bipolaridad de las circunstancias
a un zigzag de castraciones
a un juglar triste de banca.

A veces me esfumo sin intentar
otras me hundo en la repetición
a veces cargo culpas de edades coloniales
y en otras me olvido de la santidad.

Sin tener respuesta ni conciencia
mientras me baño cada mañana,
pienso al compás de cada golpe de agua
que a veces llego al cielo,
otras veces, como a las 2:00 a.m., me invade el terror de zarpar.


Ilustración de: Livia Fălcaru