El aire ha
cortado el papel,
la sangre
lo repara,
la mano
inmóvil juega al navegante,
y mientras
tanto, un capitán conduce una corriente de aire.
La noche
cayó, el capitán duerme,
la sangre
se retira,
las manos
enmudecen,
el aire enfurecido,
bota al capitán
que en el
mar se desvanece.