Se fue por
el vacío de un anillo,
Entre la
maleza de los pies
y unas
cuantas armaduras.
Desertó en
el campo de batalla,
se hundió en la barba del anciano,
desapareció…
Simplemente
eso.
Ya no logro
encontrarla,
es como si
un día todo fuese claro
y el
siguiente ya no recuerdas el orden,
mucho menos
el cómo.
Pensé que
junto a ella moriría,
mi utópica
compañía,
qué universos
fuiste a visitar,
por qué me
arrebataste
lo único
que abrazaba en las noches de frío.
Primero fue
el cigarro,
luego el
café,
y ahora tú.
La escritura
se marchó,
y esto es
como un epitafio,
sin esencia
ni forma,
ahora no
soy más que carne
vieja
amiga, qué nos pasó.