Un día quise saber cómo lloran las piedras...
el movimiento esfumado en pequeñas condenas
o en gloriosas eternidades de la nada
Quise verlo...
pero mis insoportables ojos
se quebraron antes que ellas
Quise tocar sus lágrimas...
pero el llanto crédulo
es invisible a la torpeza
Quise abrazarlas...
pero mi alma despedazó sus brazos
Inestable equilibrio horario,
esencial líquido vital
que recorre mis manos
y se escapa entre mis píes,
¡espera!
Un día entendí que las piedras
lloran verticalmente,
las plantas se instalaron a sus lados
Miré unos grados más allá de mis mejillas
y todo se hizo verde...
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