miércoles, 27 de enero de 2016

El olvido del homo sapiens sapiens

Finales tristes
despedidas moribundas
con dolores imposibles de cargar
y con llantos insostenibles.

Y allí estamos, como unas varas de bambú
huecos dentro y destilando agua cuesta abajo.

El aire falta, y dentro se siente como una pared con humedad
que se desgrana poco a poco, que se agrieta con cada paso.
¿Cuántas veces hemos sentido la muerte en un adiós?
¿Cuántas veces hemos prometido no recaer en este vicio?

Pero aquí estamos de nuevo,
en el cierre de este ciclo,
un ciclo llamado amor,
un amor que parecía el real,
una realidad vivida en mitad de un sueño.

Siempre olvidamos que los sueños mueren
y que las promesas se desprenden como las pestañas.

Hay quienes olvidan tan fugaz como la vida de un efemeróptero,
hay quienes lo hacen a la par del nacimiento de un diamante,
pero, sin importar los números de noches,
los decibeles y reproducciones de nostálgicas canciones,
los escritos, los espacios prostitutos y los rezagos,
todos, en algún momento olvidamos y somos olvidados.

Y es que en la vida
‘todos pasamos…
todos somos amados…
todos nos convencemos de ser reales’…
Pero no existe verdad más cercana que el olvido.

Rama de un escrito propio de años atrás ¿Cómo ama el homo sapiens sapiens?

Imagen de Michal Zahornacky

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