Muere la semana
otra ola más…
Ya no se puede ir más a la orilla
las gaviotas ensordecen
ahí están…
los cuerpos inertes de moluscos
que tiempo atrás jugaban en el azar
de un azul partido a ramas
en los andares de un mar-te extraño
ahora solo son montañas
de olores fúnebres
de un universo que fue
y hoy, solo es baño de gaviotas.
Sentada en la estación
de aquel viaje que iniciamos
me despido de nuestros rumbos
te espera la alta mar
y a mí, un tejido de caracoles
que llevaré conmigo, para recordar así,
que tras la muerte de un naufragio
a pesar de los estragos
siempre nos quedará el consumirnos
y por supuesto, los colores.
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