domingo, 26 de septiembre de 2021

Manos ciegas

Ofelia no insistas

No lo intentes

Deja de danzar sobre la mesa

El Hombre Pálido no te verá

Los ojos se han caído de sus manos

Y un racimo de uvas no le despertarán.


 Recorrer esquina tras esquina

Del laberinto del fauno

Sin hadas, sin mundo encantado

Solo paredes y mucha sed.

 Se perdieron las luces y los mapas

Que con besos se crearon

Quedan focos vacíos y hojas en blanco

De un mundo que antes fue.

 

Y qué hacer con las ganas

Qué hacer con el cuerpo

Qué hacer con el palpitar de dentro

Acaso era solo fuego

Acaso era solo carne.

 

El laberinto es hermoso

Y Ofelia ama cada pared

Tanto que olvidó allí su ser

Ese que anhelaba hadas y encanto

Ese que ahora se conforma

Danzando en una mesa con uvas

Donde nadie la quiere ver.






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