Y allí estaba, uno tras otro,
como una pirámide de naipes,
pero, se divisaban solo espadas.
No era papel o cartón,
eran brazos y cabezas,
era un muro de cuerpos,
inmóviles y sin rostro.
Vivieron en miseria y
Murieron sin nombre.
Así será el futuro,
como fue el pasado,
Y estamos atrapados en esta grieta
que es imposible llamar presente
porque ahora mismo no hemos nacido.
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