martes, 27 de diciembre de 2011

Tan sólo una ventana

Una ventana que solía ser amor, una ventana que solía ser  todo,
Mis días, mis noches, mis amaneceres deambulando con cigarros y tazas de café,
Mientras paseaba eternamente una hoja a medio romper y un lápiz rasgado con las uñas.
Amaba inventar palabras que les robaran el sentido a lo que escribía, tal vez porque odié el sentido y las razones a medio argumentar toda mi vida…
Tal vez porque odié tanto el día en que descubrí que en mí no había más que unas razones a medio argumentar sosteniendo una tabla a medio romper y unas piernas rasgadas con las uñas.

Poco a poco se ausentaron las palabras, junto a la misma ventana que solía ser todo,
Era la misma ventana, las mismas luces de las postas, las mismas calles desérticas a la madrugada, el mismo hombre que buscaba entre las basuras la misericordia que Dios y los demás hombres olvidaron entregar. Las mismas nubes, el mismo frío, los mismos libros… las montañas de siempre, el ruido casi escaso de siempre, las putas de siempre… pero jamás volvió a ser la ventana de siempre… al menos no para mí.
Ya no era la misma, mi soledad se irrumpió en medio de mi ventana y me fue arrebatada entre abrazos y  besos… luego nos dejaron a mi ventana y a mí deambulando entre las putas y los gatos de siempre, pero jamás logramos ser las mismas. 

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