A Volar dulzura que las cortinas se expanden por todo el
territorio.
A mover tus piernas que las siluetas se dispersan con tu
danza.
Es hora de compartir caricias y jugar al alba…
Ama, sufre, que la muerte respira en tu cuello, se alimenta
del tiempo.
Acaso el hastío no sacude tu cama? Entonces, qué esperas?
Escapa en las noches y sigue el instinto de los lobos,
recuerda que en las ciudades frías no sobreviven las
liebres.
Sé que los destellos te asustan y no soportas las aves,
pero en ocasiones es necesaria la caza de temores,
Así fue como te encontré… huyendo de mí.
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