martes, 7 de mayo de 2013

Bigotes bajo luna


Para qué quiero yo una cabeza de zorro,
con bigotes, nariz húmeda y ojos pardos.
Para qué aquel disfraz, si se esconde tras las hojas secas
del otoño en el que decidimos amar.
Para qué dejar huella en el pasto encrudecido,
si el tiempo nos hizo viejos y no logramos soñar.
Para qué aullidos, cantos o cacareos
si los tambores de sacrificio sonaron por cada cueva
dejando tras sí sólo piel y huesos.
Para qué la noche crepuscular y la luna en madejas de lana,
si hace mucho que el invierno penetró el alma.
Para qué un zorro?  Si ya nos destrozamos como
dos irreparables caníbales intentando sanar.
Para qué el fanatismo poético,
si el tacto se drenó junto al vino,
en el colapso de las palabras prostitutas y animales.

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