domingo, 13 de octubre de 2013

Espasmos, un amor y dos olvidos

Ámame porque las circunstancias obstinadas gritan un ¡no!
Ámame porque el universo trajo a nuestros pies un destino inflamable y nuestras almas juntas arden en un irreparable latido de fuego.
Ámame porque el cielo cae en lágrimas mientras descalzos buscamos un abismo cubierto de retornos que no queremos tocar.
Ámame porque mis manos rozan lo que un corazón huérfano no pudo.
Ámame porque en las noches cuando vuelves no encuentras una cama caliente, ni una cena con rosas y velas, sólo sonríe y abrázame, tras encontrar una taza de café amarga, y una sombra púrpura que lee en soledad a su cactus.
Ámame y no gires para volver al pasado, yo me encargaré de eso, al fin y al cabo, tengo una especial virtud en caminar contraria al reloj y hacer de una historia vieja un libro abierto que navega en mi mente por siempre, como ahora, que a pesar de los infinitos viajes de luces mis palabras continúan aletargadas e inmóviles, igual que mi amor por ti. 

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