domingo, 15 de noviembre de 2015

Re - inicio

Las historias y sus derivaciones,
las historias y sus intersecciones,
las historias y sus narradores.

Voces distantes que ridículamente
tratan de inmiscuirse,
ser protagonistas de una historia ajena,
que quieren hacer propia,
sin interés en las tintas, las tramas,
mucho menos en los pentagramas,
solo el deseo voraz de consumirla y devorarla.

En el camino encuentro narradores de historias,
unos más convincentes que otros,
otros más carcomidos que el pan,
panes más insípidos que el agua,
agua que moja pero no sacia,
saciedad que intenté matar con
un libro inesperado,
dos hojas de trampas para roedores,
una manzana de un patético cuento infantil, disfrazada de una taza viajera
un tren de colillas
y una escoba que prometía barrer tristezas,
en cambio, atrajo polillas.

Polillas que regresaron a morder la carne
de masacres pasadas,
de desechos de narradores de historias,
que vinieron uno tras otro
a impregnarlo todo de un dulce púrpura,
y luego, tajarlo todo en pedazos blandos,
para así, tener una gran historia que narrar.

Lo admito, este último no solo era un gran narrador,
era uno con talento de actor,
escribió obras decentes,
las interpretó, las manipuló, y luego de recordar que estaba vivo,
cerró el telón.

Y aquí estoy, con las polillas revoloteando,
algún día partirán, como siempre, lo sé
y espero que ser parte de tu juego
hubiese sido de utilidad,
ahora tienes una buena historia que narrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario