Creí que ya no dolías, cuestión de unas cuantas gotas que tropezaron en el techo equivocado… un azar de estaciones perdidas y un tren que se detuvo en mitad del bosque a gemir ¡basta!
Caminante del hastío y la resignación, algunos días quiero salir de esto y volar sin un pasado… eterno, como tu espera de ver de mí caer una lágrima… se extinguió en mitad de las tormentas en las que jamás estuviste, en las ventanas en donde jamás escalaste…. Y ahora, mientras cae a cada tonada de la melodía de sentimientos imaginados… sólo por mis deseos de ser luz y olvidar…sólo por quebrar un fantasma que ahora tu intentas imitar…
El credo de la espera y la entrega, el credo por un ser de barro, que no pasó de ser más que agua común…el credo que interrumpe mi dogma… ese de ser soledad ambigua… ese de añorar pero no alcanzar…el credo de las tonadas…tonadas que ahora son sólo rastros…de aquellos besos que guardó mi boca y tú destrozaste en otros cuerpos…
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