viernes, 20 de febrero de 2015

Retorno policromático

Espero no haber olvidado empacar nada,
disculpa, las camisas que tanto te gustaban seguramente tendrán arrugas,
y no serán causadas por el abrazo de un día agotador.
Tal vez en el fondo de algún cajón se encuentra perdida una media solitaria
que no logró unirse al viaje.
Trasladar unos 450 días en dos maletas, es casi como jugar jenga en un nevado.

Las partidas son difíciles, los finales siempre duelen.
Pero, cuando el adiós viene como un párpado sin ojo,
¿Cómo rescatar lo imperdonable?
¿Cómo emprender una búsqueda de pupilas en una montaña de apéndices?
Fuiste ese erizo que destella en los acuarios, pero en contacto con el mar pierde su luz.
Jamás lograste comprender mis palabras,
o esta tenue tonalidad que trata de escapar de mí cada mañana…
Tal vez porque tu rigidez solo te permitía ver a blanco y negro.
Eres una escala en gris, y lo digo sin resentimientos,
porque aprendí que de los rencores se muere el mundo.

Alma bicolor, lograste penetrar mi piel, llegar al vacío que yace aquí dentro,
pero, los blancos y negros no despiertan mi apetito de devorar el mundo.
Tal vez por eso, estos casi 450 días a tu lado no fueron más que un sueño,
del que no tuve más remedio que despertar, luego de tu abandono.
Y aquí estoy, un poco nostálgica, un tanto extraviada,
Pero a fin de cuentas, ahora, todo retomó su color.

"Tengo una soledad 
tan concurrida 
que puedo organizarla 
como una procesión 
por colores 
tamaños 
y promesas 
por época 
por tacto 
y por sabor".

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