lunes, 8 de junio de 2015

Mantener distancias

A esconder servilletas y tinta,
palabras dulces y escritos inapropiados,
caricias a destiempo, noches de horas continuas,
sonrisas espontaneas, y por supuesto, distancias reducidas.
No se te ocurra por un momento insinuar qué sientes, o sueñas.
Se me ha prohibido sentir.
Es hora de la armadura, porque en este mundo
no tenemos cabida los corazones diferentes.

Solo debo sonreír y esconder el cosmos bajo una ojera,
tirar a la mierda la magia octagonal, mirar al cielo,
y alojarme allí, en lo alto del azul petróleo.

Donde un beso de pestañas y un abrazo de lenguas
sean más que el primer acto de unas sábanas,
donde alguien que navegue en la misma marea,
vea más allá de la desnudes de un cuerpo
y se arriesgue a explorar y recorrer
por la desnudes de un alma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario